te vi caminando en la tarde por el parque. tus ojos, humedecidos, pedían ayuda a gritos y al verme, bajaste la mirada de vergüenza. pensaba irme, pero tomaste mi mano, la acercaste a tu pecho y me dijiste: aunque te vallas, no te iras de aquí...
eras tan inocente y yo tan sucio, no quería utilizarte, pero tus labios carnosos buscaron los míos y tu sabor agridulce me embriago. Me olvide que eras tan pequeña y te lleve a mi casa, cerca del lugar. Al entrar a mi cuarto, titubeaste, pero con un solo beso te convencí. Tan fácil que fuiste ¿porque?, Porque...
Yo no te exigí nada, tu sola te sacaste tus prendas y dejaste tu angelical cuerpo a la vista, te acostaste y temblando tu cuerpo, me llamas susurrando mi nombre...
No podía, era tan pura, tus ojos tan sinceros, tu cuerpo tan maduro, tus labios tan hipnotizan-tes, tus pechos tan deseosos que no aguante mas y con la agilidad de mis 40, en instantes estaba encima tuyo, poseyéndote.
Mordías tus labios de dolor y tus uñas se clavaban en mi espalda. No exigiste nada, ni tampoco quería que lo hicieras. Todo fue rápido y limpio. al terminar, me sentí mas sucio que antes. el ruido de la ciudad me había enceguecido, y ahora me veía arrepentido.
tome mis llaves y salí a caminar a la ciudad. habrán sido minutos, o tal vez, horas, pero al llegar no estabas, solo estaba tu aroma en el cuarto.
no te vi mas, hasta el otro día, cuando vi como te entregabas a tu esposo... mi hijo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario